se proyecta en base a su tradición de 65 años, cuando Blas Paradiso, un inmigrante del pueblo de Rapolla (provincia de Potenza) deja su Italia natal en el correr del año 1952 para buscar nuevos desafíos en «la América», que le permitieran lograr su superación como persona y su desarrollo económico. 

Como tantos otros inmigrantes, recaló en Montevideo; trabajando arduamente y aprendiendo el oficio, logra luego independizarse en el ramo de las pastas. Su éxito le permite formar su propia familia en el Uruguay y alcanzar su ilusión, tener su propia empresa en el barrio Pocitos de Montevideo.

Hoy, estamos continuando la tradición y formando la tercera generación; con el firme propósito de seguir escribiendo esa historia de elaboración de pastas artesanales con materias primas de primera calidad, productos naturales y elaboradas con el corazón de los artesanos. 

Éste desafío lo queremos hacer junto a ti, por ello, te invitamos a que nos acompañes.

Te esperamos en nuestro local, por nuestra página o por las redes sociales.

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